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Linaje de Aragón. Procede de la ciudad de Albarracín, en la provincia de Teruel, de la que tomó el nombre. Es muy antiguo. Varios caballeros de este apellido llegaron a Andalucía, sirviendo al Rey Don Alfonso X el Sabio, y habiendo sido heredados en Córdoba y en Jerez de la Frontera, fundaron allí nuevas casas, de las que salieron líneas que se extendieron por otras partes de Andalucía. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en las tropas que entraron en Constantinopla y conservaron el trono del Imperio de Bizancio a Constantino XII Dragases y defendieron la ciudad hasta el desgraciado día del 29 de Mayo de 1.453, fecha en que asaltó Mohamed II la capital de Oriente. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Albarracín. Son sus armas: Cuartelado: primero y cuarto, en gules, una torre, de oro, y segundo y tercero, en azur, una banda de oro engolada en cabezas de dragones, del mismo metal. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento torre significa que la nobleza es sólida y antigua, pues solamente los muy ricos podían costearse su construcción. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es el significado de este esmalte, a lo que habría