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El linaje de este noble apellido tuvo su origen en la Rioja, región de Navarra; otra es originaria de las montañas de Leòn; otra radicò en Andalucía, y otra dimanó de la villa de Bonilla de la Sierra (cuyo nombre, sin duda, tomó del partido judicial de Piedrahita y provincia de Avila). Ramas de esta última casa se extendieron por las provincias de Valladolid, Zamora y Salamanca. En la Cancillerìa de Valladolid probaron su hidalguía, en los años que se indican, los siguientes Bonilla castellanos: Sancho de Bonilla, vecino de Valdestillas (Valladolid), 1525; Antonio y Cristóbal de Bonilla, vecinos de Ventosa de la Cuesta (Valladolid), 1620; Francisco de Bonilla, Capitán de caballeros, vecino de Rueda (Valladolid), 1733, y Diego de Bonilla, vecino de Carvajales (Zamora), 1575. Entre otros antiguos e ilustres varones de este apellido figuran: Diego de Bonilla, Comendador de Elox en la Orden de Alcántara, Alonso Fernández de Bonilla, Arzobispo de México y Juan Ignacio Sánchez de Bonilla Pando Cereceda y Setien, Caballero de la Orden de Calatrava. Juan de Bonilla, (guanche, es decir nativo de las Islas Canarias) quien dejó perpetuado su nombre en unas hoyas del monte Pinar de Icod, en Tenerife, que se las conoce con esta denominación y casó con Isabel Díaz, hija de Pelinor y tuvieron un hijo llamado Alonso Díaz Bonilla, según consta en el acta de una obligación ante Gaspar Martín. Alonso Díaz Bonilla, casó con Angela Gómez y tuvieron una hija llamada Ana Roquesa, que casó con Pedro Hernández, segùn consta en el inventario de sus bienes en 1571. Damos acta de fé de que la tripulación comandada por Narváez, en la conquista de las Américas figura, Don Aloso Bonilla. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, muchos fueron los hombres