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Este apellido debe ser el mismo de "Juliá". Al menos le señalan algunos autores el escudo que, por privilegio, fue concedido a Jaime Juan Juliá y Garriga. Apellido muy antiguo en Mallorca, pues ya existía en el siglo XIII. Jaime Juan Juliá, natural de Mallorca, casó con doña Ana Gorau, de igual naturaleza, y fueron padres de Jaime Juan Juliá y Gorau, natural de Mallorca, que contrajo matrimonio con doña Juana Garriga, de la misma naturaleza (hija de Francisco Garriga y de doña Juana Fortuny, ambos de Mallorca), y procrearon a Jaime Juan Juliá y Garriga, natural de Mallorca, fue baile general de la isla en 1639, clavario en 1646, y jurado en 1647, por la clase de ciudadanos. Obtuvo del rey privilegio de nobleza el 3 de octubre de 1649. Murió en 30 de marzo de 1671; había tomado el hábito de Calatrava. Otro caballero de Calatrava, Francisco Juliá, sirvió con una compañía suya en las guerras de Nápoles y ganó la villa y castillo de la Anunciata. Continuó sus servicios en Cataluña y mereció por ellos el privilegio de ciudadano, que le concedió el rey don Felipe IV, el 17 de mayo de 1645. Nicolás Juliá fue jurado de la ciudad y reino de Mallorca en 1698. Hubo ramas de esta familia en Sineu, Binisalem y otros pueblos, y en dos casas de ella sucedieron las de Brondo y Togores: la primera, por la citada doña Ana Juliá y Garriga, que casó con Ramón Brondo, y la segunda, por doña Juana Zanglada y Rossiñol, hija y heredera de Mateo Zanglada y Juliá, que casó con Antonio Togores y Net. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia J., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus