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Monsieur Jacome de Oviano, de la ilustre familia de los duques de Aviñon, en Francia, vino a Castilla en el año 1195, y se distinguió en la batalla de Alarcos, en la cual arrojándose con su gente por medio de los enemigos y gritando ¡Santiago! ¡Ala vera, caballeros, a la vera! restauró gloriosamente al pendon real que habia caido en poder de los moros en las riberas del Guadiana. En memoria y recompensa de tan noble hazaña el rey Don Alonso le colmó de mercedes, le dió el apellido La Vera. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la batalla de las Navas, acompañando al insigne arzobispo Rodrigo Jimenez de Rada en el asalto final y se dice que un miembro de esta familia es el que se apropió del famoso tapiz que suele llamarse "pendón de las Navas". Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia La Vera. Son sus armas: Escudo de gules y un castillo de oro sobre ondas de plata y azur, sumado de una bandera de plata; bordura de este metal cargada de tres cabezas de moro, una en la punta y una en cada uno de los ángulos superiores del escudo. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo