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Dice el libro "Becerro de Castilla" que la casa solariega del linaje L. radicó en el lugar de Melón, del partido judicial de Rivadavia (Orense), donde está el convento de monjes Bernardos, de la que descienden todos los caballeros de este apellido, como igualmente los Lobera, Lobato y Loberos, que unos y otros tomaron su origen de la Reina Claudia Lupavia, Señora de Galicia, la que se convirtió en el "Pico Sacro", según la tradición, por la predicación de los discípulos de Santiago, memorable hecho, añado el citado libro, que cuenta más de mil setencientos años de antigüedad. Y habiendo cedido su palacio a San Euragio para casa y sepultura del citado Apóstol, se retiró a los montes de Melón. Basco L., Señor de la casa de su apellido en Galacia, pasó a Portugal, donde hizo propaganda para fundar el Monasterio de Santo Domingo de Viana de Limia. En su sepultura se leía este epitafio: "Aquí yace Don Vasco L. Señor de Melón, que en penitencia del monasterio que quemó en dicho logo, fundó éste. Ruega a Dios por él." De esta casa de Melón partieron algunas ramas nobles, que se extendieron por Portugal y Aragón. A los L. de Aragón perteneció Nicolás L., célebre escultor de Zaragoza, que por los años de 1542 trabajó con Juan Moreto y Esteban Obray en la sillería del coro de aquella Catedral. En la ciudad de Santander hubo otra casa del apellido L. Sus caballeros entroncaron con los de La Calle, y se apellidaron L. de la Calle.