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Constituye este apellido una de las ramas descendientes del general de la Conquista de Canarias, Don Alonso Fernández de Lugo. También se denomina M.-Fernández de Lugo. El tronco agnado de la familia orotavense de M. de Lugo, lo forman Gaspar M. y Catalina Coello, naturales de la isla Tercera de las Azores y establecidos en Tenerife, en los últimos años del siglo XVI. Uno de sus descendientes, Don Sebastián M. Montañés, nacido en San Pedro de Daute, fue segundo esposo de Doña Juana Josefa Fernández de Lugo y Gallegos, hija del Capitán Don Matías Alonso Fernández del Lugo y de Doña Teodora de Gallegos y Guzmán, nacida en Icod de Tenerife el 24 de junio de 1680. De este matrimonio fue hijo y sucesor Don Sebastián Matías M. Fernández de Lugo Acevedo y Gallegos, III del nombre, nacido en San Pedro de Daute, bautizado el 10 de abril de 1705, Alcalde del partido de Icod, Ministro calificado, que sucedió en 1718, a la muerte de su padre, en las dos Vinculaciones que éste gozaba en Tenerife y en 1744, por fallecimiento de su madre, en los cinco Mayorazgos de la Casa menor de Fernández de Lugo, que imponen a sus poseedores el uso de este apellido y del histórico blasón de su linaje, una cruz flordelisada de oro, llena de sinople, angulada de cuatro espigas de oro, en campo de gules. Don Augusto M. de Lugo y Salazar, probó su nobleza en la Orden de San Juan de Jerusalén. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia M., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento palo es la característica de los nobles de origen militar, (Palos) quiere aparentar los palos