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Juan Hurtado de Mendoza, ayo y despues alférez mayor del rey Enrique III, casó con Doña María de Castilla, hija de Don Tello, conde de Vizcaya y Castañeda, nieta del rey Don Alonso el último, y sobrina de los reyes Don Pedro y Don Enrique; y de tan esclarecido consorcio nació Diego Hurtado de Mendoza, primer señor de Cañete y valeroso capitan que se distinguió en las guerras de su tiempo, hallándose con el infante Don Fernando en el porfiado cerco y toma de Antequera, y defendiento despues heróicamente la ciudad de Jaen contra el rey moro de Granada, que fué a cercarla con ochenta mil infantes y seis mil caballos. Reconociendo el rey Don Juan los grandes e importantes servicios prestados por Don Diego, le nombró su consejero, su montero mayor y guarda mayor de la ciudad de Cuenca, donde hizo su asiento y fundó casa solariego. Casó Don Diego dos veces, la primera con Doña Beatríz de Albornoz, llamada la Rica-Hembra por su considerable patrimonio, y tuvieron por hijo a Luis Hurtado de Mendoza, que no dejó sucesión; la segunda con Doña Teresa de Toledo, y tuvieron entre otros hijos a Juan Hurtado de Mendoza, que sucedió en la casa, de quien trata López de Haro en los siguientes términos: Juan Hurtado de Mendoza, segundo señor del estado de Cañete, guarda mayor de la ciudad de Cuenca y montero mayor del rey, fué caballero valeroso y de grande esfuerzo y prudencia en las cosas militares, como lo mostró en servicio del rey Enrique IV. Son sus armas: Flanqueado; el jefe y la punta de sinople y una banda de gules fileteada de oro; los flancos de gules y diez panelas de plata, cargado el escudo con la cadena de Navarra, de oro, puesta en aspa o sautor. El