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Se reconoce a esta familia de M. por una de las mas nobles y antiguas del principado de Asturias y reino de Galicia, donde sus esforzados hijos reconquistaron muchas villas y ciudades que estaban bajo el yugo de los agarenos, como lo escriben Don Pedro Ovando, señor de la Torre de Balboa, y su comentador Don Juan Francisco de Hita, rey de armas, y el cronista Don Juan Alonso de Guerra y Sandoval. Entre los principales y mas antigos solares del ilustre linaje de M., se cuentan dos que radicaron a siete leguas de la ciudad de Oviedo. Alberto Launay, gentil-hombre de la real casa y erudito escritor heráldico, en sus curiosos Sumarios de familias antiguas, pone por tronco y principal ascendiente de este linaje a Pelayo M., caballero godo que se distinguió al servicio del rey Don Ramiro, principalmente en la batalla de Clavijo. Tratando Jorge de Montemayor de la casa de M., dice: Está en Asturias, concejo de Castropol, de la que fué señor y pariente mayor Don Pedro M., caballero de notoria nobleza, calidad e hidalguía, y las mismas prendas tuvo otro que vino a Madrid en servicio del señor rey Don Felipe IV. Son sus armas: En oro, una rueda de molino, de sable; bordura de plata sembrada de armiños de sable. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia M., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento armiños simbolizan pureza y fidelidad puestas al servicio del Príncipe. Los esmaltes del arma de los M. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte