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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectoras. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las Cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose estos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus preclaros nacimientos, siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Navarra. Se cree original del de Mocete o Moscoso, no pudiendo precisar con exactitud cual es su rama inicial; por investigaciones en archivos y documentos privados tenemos reseñas de una familia de esta rama asentada en el norte de España por lo que nos inclinamos a aceptar la cepa de ésta. Caballeros de este linaje formaron parte de la reconquista de Granada a los moros, particularmente en la repoblación, siendo sus servicios premiados con el repartimiento de tierras. En Alava, a finales del siglo XII, un caballero de este ilustre apellido formó parte en la fundación de la ciudad de Vitoria, en el lugar que hoy ocupa Gazteiz. Francisco M. nacido en España fue soldado en las guerras de Flandes y