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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectoras. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las Cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose éstos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. Se concedía el escudo de armas se realizaba pues a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje de los Acostase ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus lustrosos nacimientos, no siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Cataluña. Discordes andan los autores respecto del origen y primitivo tronco del linaje A. o Costa o Costilla, que es uno mismo. Muchos afirman que procede de Portugal, y en el Catálogo de la Nobleza Lusitana se dice que viene de un caballero que floreció en el citado reino en tiempos del monarca portugués don Manuel, que ocupó el trono desde el año 1495 hasta el de 1521. Pero, según el testimonio de autorizados tratadistas, el linaje A. tiene mucha mayor antigüedad de la indicada, y antes de aparecer en Portugal había aparecido en España en diversos solares y regiones. La rama de Aragón se extendió por Cataluña, Valencia y las islas Canarias. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de