Español
El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en las fiestas llevadas a cabo en 1219 en los alrededores del monasterio de Huelgas (Burgos), con motivo de las celebraciones por armar caballero a Fernando III, hijo de Alfonso VIII y Doña Leonor de Plantagenet. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la promoción del cultivo de la caña de azúcar en las Antillas en 1644. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Cacellas. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento flor de lis es la más noble de las flores utilizadas en la heráldica, es el triunfo del catolicismo sobre la herejía, los primeros en utilizar tal símbolo fueron los descendientes del Rey franco Clodoveo y así toda la nobleza de la "hija predilecta de la Iglesia", es decir, Francia, la inclusión de este símbolo indica una fuerte relación con la nobleza de Nápoles o Francia. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.