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El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en las celebraciones de 1221 con motivo de la colocación de la primera piedra de la Catedral de Burgos por D. Fernando, rey de Castilla llamado el Santo. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la negociación con los franceses en el Tratado de la "Devolución" de los Países Bajos a Francia en 1662, reinando Felipe IV. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Castillar. Son sus armas: Partido. Primero: en plata, un brazo vestido de cuatro bandas, de oro y gules, llevando en la mano, de carnación, un ramo de olívo de sinople, y segundo: palado de seis piezas, tres de plata y tres de gules. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento brazo es la característica de la familia hacia la vida, en este caso la caridad, probablemente el origen familiar es la del comercio o mercantilismo. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.