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El linaje de este noble apellido es de orígen patronímico, esto es, formando derivado del nombre perteneciente al padre u otro antecesor y aplicado al hijo u otro descendiente, para denotar en estos la calidad de tales. Significa por lo tanto, "hijo o descendiente de" en este caso es una derivación del nombre propio de Domingo, muy extendito por toda España. Varias Caballeros de esta rama probaron su nobleza en las Ordenes Militares y Reales Cancillerías de Valladolid y Granada y en la Real Compañía de Guardias Marinas. Don José Joaquín D. Pareja-Obregón y Atienza, alcanzó el título de Barón de Gracia Real, que le fue concedido por Don Carlos IV el 14 de septiembre de 1798. Doña Isabel II concedió el 17 de enero de 1848, el título de Condesa de Casa Canterac, a Doña Manuela D. y Llorente Navas y Padilla y el título de Conde de San Antonio, el 26 de agosto de 1847 a Don Miguel D. y Guevara Vargas y Vasconcelos. Don Eduardo D., nació en La Laguna de Tenerife, el 6 de septiembre de 1822, se dedicó al estudio de la música, ingresando en el Conservatorio de Madrid y más tarde en el de Nápoles. Escribió varias composiciones de gran mérito y murió jóven de regreso a Canarias, en Puerto-Real, el 1 de diciembre de 1846. En Icod de los Vinos, Tenerife, nació el 19 de octubre de 1710, Doña María Francisco Dominguez Ayamonte Granadilla de Illada, hija de Juan D. Ayamonte y Doña María Francisca Granadilla y nieta de Marcos D. Ayamonte, bautizado el 28 de noviembre de 1633, quien fundó Capellanía y de su esposa Doña Paula Moreno, con quien había casado en la parroquia de San Marcos de Icod el 20 de mayo de 1660. Este