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El linaje de este noble apellido tiene sus orígenes en el nombre latino, Justinianus, gentilicio de Justino. San J., ermitaño del siglo VI, hizo vida de gran penitencia en la Isla Semencia (Bridsley), murió entre los años 530 y 540. Este apellido procede de Génova y sus antepasados estuvieron inscritos en el Libro de Oro de dicha ciudad. El noble Francisco J., Conde y familiar del Sacro Imperial Palacio, fue padre de Rafael J., abuelo de otro Francisco y bisabuelo de Pablo y Esteban J., establecido en Tenerife a poco tiempo de la Conquista. Luego se unió con Doña Catalina Rodríguez, naciedo de esta unión tres hijos. Otro caballero de la familia J., establecido en Tenerife, en los primeros años después de la Conquista, fue Bernardino J. "El Viejo", que casó en La Laguna con Juana Morales Martín, teniendo de ella dos hijos. La familia J., queda unida a otra familia genovesa del apellido Lercaro, por el matrimonio celebrado en la Ciudad de La Laguna entre Don Francisco de Lercaro de León y Doña Catalina J. y J., a quien Bernardino J., Regidor Perpetuo de Tenerife, su tío materno, hizo carta de dote en 6 de mayo de 1593, como única hija de Francisca J. y de Doña Argenta J., su mujer y prima, ambos de la gran Casa patricia de los antiguos Soberanos de Quíos. El estudio heráldico familiar, nos habla de quienes formaron el orígen de la familia Justiniani, pues esa era su función la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. La descripción del escudo de armas del linaje Justiniani, es: un campo de gules, rojo, que simboliza la fuerza, el poder, el amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es el significado de este esmalte, a lo