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Procede de la villa de Arnedo, en la Rioja. Pasó a Navarra, estableciéndose en la villa de San Adrián, del partido de Estella. A esta última casa perteneció Miguel de Lapedriza, que en unión de sus hijos fué reconocido en su nobleza por la Real Audiencia de Pamplona en 1746. Los historiadores hacen notar acertadamente que no todos los linajes de este apellido tienen un origen común. Lo encontramos en Rioja. Las armas más antiguas son las señaladas en: EL SOLAR VASCO NAVARRO Tomo V. Los de Rioja traen: Un castillo sobre una peña con puerta y ventana, una flor de lis sobre el castillo, y a los lados de la puerta una cruz con su agujero redondo al pie, todo en el frontis de la torre, y a los lados de ésta un árbol ciprés y atado a cada uno, con una cadena, un tigre. Otros traen: Un castillo sobre una peña con puerta y ventana, una flor de lis sobre el castillo, y a los lados de la puerta una cruz con su agujero redondo al pie, todo en el frontis de la torre, y a los lados de ésta un árbol ciprés y atado a cada uno, con una cadena, un tigre. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo de autoridad, gobierno y protección. Los esmaltes del arma de los L. pregonan los siguientes valores: