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Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo por tanto tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencias correspondientes a sus lustrosos nacimientos, no siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en las montañas de Santander. Se estableció en Valencia y en otras provincias españolas. Caballeros de este linaje probaron su nobleza en la Orden de Carlo III. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registros de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la negociación llevada a cabo en el concilio de Palencia en que se anuló el matrimonio de Doña Urraca, Reina de Castilla y León, desde 1109 a 1126, con Alfonso I "El Batallador" Rey de Aragón y Navarra. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX, en especial los hechos de las tropas de la flota de D. Francisco de Luxán o Luján, que en 1567 derrotaron a los barcos de John Hawkins en San Juan de Ulúa, pero en la que desgraciadamente logró escapar Sir Francis Drake a bordo del barco "Judith". Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Linares. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, muchos fueron los hombres y mujeres que cruzaron el Atlántico en busca de un nuevo horizonte y en concreto los que portando el apellido Linares, extendieron su linaje por América. Así pues, tras nuestra investigación realizada en el Archivo General