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Del hebrero Malki-or, "rey de la luz" (raíz malk, presente en otros nombres orientales, como Melkar, el dios babilónico). Aparece este nombre en el Evangelio arameo de la infancia (Evangelio Apócrifo), como nombre de uno de los reyes magos que, prodecedentes de Oriente, llegaron a Belén para adorar a Jesús. Según la tradición, fue bautizado con sus dos compañeros Gaspar y Baltasar por el apóstol Santo Tomás, después de lo cual M. trabajó arduamente por la propagación del evangelio en su país. Los beatos M., Esteban, y Marcos, fueron valiente defensores de la fe cristiana en al martirizada Hungría de comienzos del siglo XVIII. M. Grodecz, de una ilustre familia polaca, había ingresado en la Compañía de Jesús antes de cumplir la edad de veinte años. Se dice de este apellido que procede de Alemania, desde donde pasó a Italia, fundando casa en la villa de Melzo, cercana a la ciudad de Milán. De esta casa procedieron, según Diego de Urbina, las armas establecidas en la subveguería de Pallars y veguería de Lérida, en Cataluña, de las que se derivaron, a su vez, las que pasaron a Aragón y Valencia. El caballero Bernaldo de M. fue templario y paso a la conquista de Valencia, distinguiéndose en el maestrazgo de Montesa, particularmente en las villas de Traiguera, Cervera, Calij, Chert, Alcalá de Gispert y Salzadella. En esta última quedó como problador.