Español
El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectores. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las Cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose estos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus preclaro nacimientos, siendo la más esclarecida de sus líneas la que se arraigó y floreció en Sestao. El la villa de Sestao, del partido de Valmaseda, hubo una familia así apellidada, a la que perteneció Esteban de Ordenes, natural de Sestao, esposo de doña Magdalena de Durañona, y ampadres de Esteban de Ordenes y Durañona, que casó con doña Antonia de Zurbarán y procrearon a Juan de Ordenes y Zurbarán, bautizado en Sestao el 25 de Marzo de 1668. Este celebró su enlace con doña Josefa de San Martín y procrearon a Ignacio de Ordenes y San Martín, bautizado en Sestao el 31 de Julio de 1715 y vecino de Getafe (Madrid), que el 20 de Diciembre de 1763 obtuvo Real provisión de vizcainía en la Cancillería de Valladolid. Según investigaciones realizadas en los archivos y registros privados, podemos asegurar que el