Español
Apellido castellano, extendido por toda la Península. Caballeros de este linaje probaron su nobleza repetidas veces en la Orden de Santiago y en las de Calatrava, Alcántara y Carlos III y numerosas veces en la Real Chancillería de Valladolid. Doña María Joaquina de R. fue creada Marquesa de las Hormazas en 29 de abril de 1796. Don José de R. Fuentecilla, fue creado Marqués de Cúllar de baza en 10 de agosto de 1850. Tuvo este apellido su casa solar en Castilla. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Castilla traen por armas: En campo de gules, un roble al natural; bordura de oro, con ocho armiños de sable. Otros traen: En oro, un árbol, de sinople, cargado de una cruz, de gules y alzado a su tronco, un lobo, de sable, por la diestra. Otros: En oro, un roble, de sinople, con el tronco de sable; bordura de plata, con ocho armiños, de sable. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia R., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento armiños simbolizan pureza y fidelidad puestas al servicio del Príncipe. Los esmaltes del arma de los R. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a