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De Cataluña, con casa pairal en Sant Martí de Biure y, más tarde, en Berga. Carlos V. y de Savall, natural de Berga, fue agraciado con el privilegio de ciudadano honrado de Barcelona, dado por Carlos III, el 3 de septiembre de 1775 y, ya difunto, le concedió el de caballero del Principado para él y para sus hijos Carlos y José de V., fechado en Madrid, el 18 de diciembre de 1787. Tuvo este apellido su casa solar en Cataluña. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Cataluña traen por armas: Cortado: primero, de gules, un castillo de plata, y aclarado de sable y terrasado de plata, a su diestra un guerrero armado al natural, y segundo, de sinople, un navío de oro arbolado de plata, sobre ondas de plata. Otros traen: En oro, un madroño, de sinople, frutado de gules, con un oso, de sable, alzado a su tronco. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia V., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo de autoridad, gobierno y protección. Los esmaltes del arma de los V. pregonan los siguientes valores: el Gules es el