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Este noble apellido tiene linaje de gran renombre en toda la antigua merindad Uribesa (Vizcaya), y en varias de sus anteiglesias enlazaron sus vástagos matrimonialmente con ricas hembras de las más ilustres casas, lo que aumentó el poderío de esta familia antes de pasar a América. Tuvo casa en Begoña (Bilbao). Otra radicó en la anteiglesia de Vérriz (Durango). Descendientes de esta última fue Martín de Abaitua, padre de Domingo de Abaitua, que casó con Domenja Olacanal, de la que tuvo estos hijos: Pedro de Abaitua Olacanal, vecino de Abadiano, y el siguiente es Juan de Abaitua Olacanal. Este Juan de Abaitua Olacanal, llamado el Viejo, tuvo en su esposa María López de Hoar, a Juan de Abaitua y López de Hoar, bautizado en la anteiglesia de Murélaga (Marquina), que contrajo matrimonio con Magdalena de Abatao y Azueta, naciendo de esta unión Lorenzo de Abaitua y Abatao, Sargento Mayor del Ejército de Chile, en 1685, y Alcalde Ordinario de Santigago de Chile en 1695, año en que falleció. Estuvo allí casado con María de Fuentes Morlanes, y dejaron sucesión en aquel país. Fray Nicolás de Abaitua y Zabalinchaurreta, era recoleto franciscano en 1517. Martín Pérez de Abaitua, fue dueño, en 1673, del mayorazgo fundado por Adán de Careaga, pero lo administró y disfrutó su hermano Francisco, por estar ausente en Indias.