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De Navarra, con casa solar en la villa de Garayoa, del partido judicial de Aoiz. De ella procedieron Miguel A. y sus hijos Nicolás Miguel y José A., los cuales fueron reconocidos como nobles por la Real Audiencia de Pamplona en 1774. La Nobleza Executoriada de Navarra describe las armas así: "El escudo es un cuartel y en él árbol y atravesado a él un jabalí andante". Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la repoblación de Estella, fines del siglo XII, siendo una de las familias a residir intramuros de la ciudad. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Alcaterena. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento árbol (roble, pino, ciprés) significa que la nobleza de la familia es antigua y va asociada con la benignidad y la perseverancia, virtudes supuestas de sus componentes. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: