Español
Tiene este linaje su origen en Cataluña, y reconoce por fundador a un caballero del apellido Folc, que tomó parte en la reconquista de Cataluña contra los sarracenos. En uno de los encuentros tuvo que luchar con un moro que tenía a su cuidado el facilitar las lanzas a su rey, y al que llamaban en árabe A., que en nuestra lengua significa "ballestero". El caballero Folc, que tuvo la suerte de vencer a dicho moro y hacerle cautivo, lo llevó a la presencia del rey Garcia Jiménez, quien, en premio de esa hazaña, le autorizó para que se apellidara A. Esto cuentan las viejas crónicas. Lo más probable es que el apellido proceda de Cataluña, y que alguna de sus ramas, apellidándose Amarita, se extendieron por Aragón, La Rioja, Álava y parte de Castilla. De una línea que tuvo su asiento en la villa de Briones, del partido judicial de Haro, provincia de Logroño, fueron Manuel A. Ontiveros y Emeterio, Francisco y Ramón A. Pedroso. El primero ganó provisión de hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid en 1772, y los otros tres en 1779. Entre los caballeros hijosdalgo recibidos en el Estado noble de Madrid y que entraron en suertes, ejerciendo los cargos del Ayuntamiento en los años que se indican, figuraron los siguientes de este apellido: Francisco de A. Morales (1705). Francisco de A. y Martínez (1747) y Francisco y José A. Gonzalo Soto y Martínez (1767). Estos dos últimos ingresaron en 1783 en el Real Cuerpo Colegiado de hijosdalgo de la Nobleza de Madrid. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento mano es la característica de