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Todas las historias catalanas alaban la calidad de este antiguo linaje, que dicen procede de Bernardo de A., uno de los nueve caballeros que vinieron de Francia con Otger Catalón a la reconquista de Cataluña. Gaspar de Escolano refiere acerca de este apellido lo siguiente: "La casa de los A. tiene su solar conocido en la veguería y ducado de Montblanch, en Cataluña, y hay de este apellido tres baronías en ella, que son: la baronía de A. de Belpuig de la Honor, la baronía de la villa de A. y la baronía de A. de Miralcamp. De los caballeros de este linaje, Guillén de A. sirvió al conde don Ramón Berenguer, de Barcelona, en la jornada de Almería; Galcerán de A., al rey don Pedro II de Aragón, en la batalla de las Navas de Tolosa contra el moro Miramamolín, de Marruecos; Guillén de A., al rey don Pedro III en las guerras de África y Sicilia, y el desafío con el rey Carlos de Anjou, en la ciudad de Burdeos. Fue el dicho Guillén uno de los ciento escogidos juntamente con Bernardo de A., Galcerán de A., Ramoneto de A. y Ramón de A. Guillén y Berenguer sirvieron al rey don Alonso, su hijo, en la guerra contra Mallorca y Cerdeña; Galcerán de A., al rey don Jaime II, en la del reino de Murcia, el año 1306; Guillén de A., al mismo rey, en la jornada de Almería, contra el rey moro de Granada, en el de mil trescientos veintitrés, y al infante don Alonso en la empresa de Cerdeña. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento faja