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A juzgar por la casi identidad de sus nombres, pudiera estimarse que este apellido es el mismo de Ainciondo. Ambos, por añadidura, tienen casa solar en la villa de Ibarra, del partido judicial de Tolosa, en Guipúzcoa. Pero como sus armas son distintas y hablan de ellos por separa do los tratadistas, sin relacionarlos en nada, no nos atrevemos a afirmar que ambos sean un mismo linaje, pero tampoco a desmentirlo. El apellido A., además de su casa solar en la mencionada villa de Ibarra, tiene otra en la de Deva, del partido judicial de Azpéitia, de la que fué Juan Pérez de A., casado con doña Catalina de Alzola, a la que hizo madre de Vicente de A. y Alzola, Oidor y Contador de la Armada de Flandes, que contrajo matrimonio con doña Ana de Zuazola y Recalde y fueron padres de Martín de A. y Zuazola, natural de Deva y Caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó el 7 de Julio de 1640. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento árbol (roble, pino, ciprés) significa que la nobleza de la familia es antigua y va asociada con la benignidad y la perseverancia, virtudes supuestas de sus componentes. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.