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Desconócese el origen de este apellido, pero se sabe que desde muy antiguo tuvo casa solar en Ocaña (Toledo). De esa casa fué Francisco Pérez de A., natural de Ocaña, que casó con doña Francisca Vaca Cárdenas, de igual naturaleza, y fueron padres de Juan Pérez de A., natural de Ocaña, que contrajo matrimonio con doña Catalina Marañón, natural de Toledo (hija de Pedro Marañón y de doña María Bautista Chazán, ambos naturales de Toledo), naciendo de ese enlace Diego de A. y Marañón, natural de Toledo y caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó el 18 de Febrero de 1661. Son sus armas: De sable, partido de oro, y sobre el todo, un águila del uno al otro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento águila , que es la más noble de las figuras utilizadas en heráldica, es el símbolo del rey del cielo, emperador de los pájaros, custodia del rayo y su significado es el de la fuerza y poder terrenal por la Gracia de Dios. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.