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Linaje originario de Rosellón. En Cataluña dio nombre al lugar de C., del partido judicial de Cervera (Lérida). Pedro C. pasó desde el Rosellón al sitio de Burriana (Castellón) sirviendo a su costa al monarca aragonés don Jaime I. Ganada Valencia, le hizo merced dicho rey de la casa y tierras que fueron del moro Alí-Amet. Hay también de este linaje en Aragón. Tuvo este apellido su casa solar en Rosellón. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Rosellón traen por armas: De gules, con una culebra de oro con la cola en la boca formando círculo, emblema de la eternidad, y dentro del círculo una cabeza de negro. Otros traen: En gules, una sierpe de oro, mordiéndose la cola en forma de círculo y dentro de este círculo una cabeza de negro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento cabeza de negro indica que los miembros de la familia participaron en hechos históricos triunfantes contra el Islam, en particular contra la dominación berberisca y almorábide. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es