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Familia originaria de la isla de Malta, que pasó a Valencia. Todavía hay en la ciudad de Malta un jardín con el nombre de C. Una línea de este apellido ejerció la notaría durante más de una centuria. Juan C. fue notario desde 1652 a 1687, y su hijo José heredó el cargo, que desempeñó hasta 1744. Bernardo María C., hijo del anterior, lo continuó hasta 1766. Muchos linajes de esta denominación probaron su nobleza en las Ordenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los Callús traen por arma: De azur, con un templo de plata mamposteado, y aclarado de sinople, cubierto con una cúpula de gules y pomo de plata, sumado a la diestra de una cruz episcopal, también de plata, terrasado de sinople y superado de una estrella de oro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento cruz es la primera figura utilizada en heráldica y su significado es la relación de sus miembros con la fé y la expansión del cristianismo. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: el Azur corresponde al símbolo del agua, de la continuidad de la vida, es un color de nobleza, belleza, castidad y fidelidad, además otras virtudes caracterizaban a la familia, tales como la abundancia económica,