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Hay personages grandes, estraordinarios, gigantescos, cuyas proezas y heróicos hechos no necesitan pluma ni pincel, bronce ni mármol, cincel ni buril, para que se estienda y perpetúe su memoria entre los hombres, siendo suficiente la tradicion para trasmitirla de boca en boca y de siglo en siglo hasta los últimos confines de la tierra e inmortalizar su gloria en las venideras generaciones. Brilla entre ellos el egregio Rui o Rodrigo Diaz de Vivar, tan conocido y celebrado con la lacónica espresion de El Cid, llamado tambien por escelencia o antonomasia El Cid Campeador. Cumple, pues, a nuestro propósito concretarnos a manifestar que El Cid fué ascendiente y descendiente de reyes. Son sus armas: De oro y una banda de sinople cargada de otra mas estrecha de gules fileteada de oro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento banda quiere decir que pertenecieron a órdenes militares de caballería. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la nobleza y el esplendor, es decir, es el más noble de los metales.