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El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la construcción de la casa y la iglesia de Roncesvalles, participando en las obras sufragadas por Sancho el Fuerte de Navarra. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la consolidación de la conquista americana, siendo secretario de Don Francisco de Ibarra que el 24 de Julio de 1562 fué nombrado Adelantado y Gobernador de Nueva Vizcaya. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Duci. Son sus armas: En gules, una caldera de sable sobre llamas de fuego viroladas de oro, colgada por el asa de una cuerda de plata moviente del jefe: bordura de azur, con ocho castillos de oro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento caldera es el símbolo de la grandeza. Las copas, jarros y calderas, así como otras vasijas que servían para el manejo de vituallas, eran antiguamente la marca de ricohome en España. Viene su origen del pendón y calderas que entregaban los Reyes a aquellos magnates que consideraban Grandes del Reino, teniendo entre sus facultades privativas, la de levantar y sostener tropas a sus expensas. Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del