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El linaje de este apellido tuvo su casa solar en Onteiro, entre Duero y Miño, de donde pasó al reino de Navarra Martin Onteiro, que se distinguió en muchas batallas contra los moros, y fué el primero a quien llamaron G. en vez de Onteiro. Por los años de 1558, entre la gente de Guipúzcoa, se hallaron algunos esforzados guerreros del apellido G. en la toma de la villa de San Juan de Luz; y despues fueron al paso de Beobia a aguardar a los franceses, que como vieran tan aguerrida hueste, retrocedieron a Francia. Doña Mayor G. casó con el ilustre caballero navarro Juan de Cambra o Cámara, descendiente de Pero Cambra, que tuvo su asiento en la villa de Huerta, en Castilla la Vieja, jurisdiccion de Salamanca. El linaje de Cambra se estendió en las Montañas de Santander y en las de Jaca, reino de Aragón. Los G. han obtenido cargos y puestos muy honoríficos y de la mayor distincion. En el siglo XVI, Don Juan G. asistió a los córtes que se celebraron en Aragón, y Don Gregorio G. fué de la órden de Alcántara. El P. Mariano G., de la órden de los Clérigos menores, fué consultor general de su órden y asistente al sacro palacio pontificio. Hállase difundido este noble linage, no solo por Castilla y Navarra, sino tambien por Aragón, Valencia y otras provincias, sosteniendo en todas partes el lustre de su preclaro orígen. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia G., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento banda quiere decir que pertenecieron a órdenes militares de caballería. Los esmaltes del arma de los G. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde