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El primitivo solar de este linaje tuvo en Villaro, del partido judicial de Durango (Vizcaya), con casa en la calle de Yusera, frente a la torre de Leguizamón, de cuyo ilustre linaje procede los L. como hijo de los Gortázar, filial (como es bien sabido), de los leguizamoniegos de Arratia. Hoy no existen en Villaro ninguna de dichas casas, sustituídas por otros edificios de moderna construcción. Sea cual fuere el significado de este apellido, sobre lo que no acaban de ponerse de acuerdo los etimologistas, no puede negarse su gran antigüedad e ilustre ascendencia, a la que aluden los cinco fuegos (representación de la familia señorial de Gortázar en Alsusta, Cofradía de Ceánuri, por las casas o folgueras que en Arratia dependían de ella), y los estandartes de tres fajas, emblemática leguizamontega, coetánea del "Poema del Mio Cid". Dimanadas de la primitiva casa de Villaro hubo otras en Erandio, Gordejuela, Güeñes y Valmaseda, todo en Vizcaya. Pasó a Álava el linaje, fundando nueva casa en Llodio, del partido judicial de Amurrio y de allí volvió a Vizcaya, radicando en Begoña y en Bilbao. De esta rama fué Pedro de L. que casó con doña Marina de Goiti ,y fueron padres de Domingo de L. y Goiti, vecino de Begoña (Bilboa), que el 25 de Julio de 1647 contrajo matrimonio en la misma anteiglesia de Begoña con doña María Martínez de Mundaca y Palcios, vecina de Bilbao. Procrearon a Juan de L. y Martínez de Mundaca, bautizado en Begoña el 16 de Marzo de 1655. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento árbol (roble, pino, ciprés) significa que la nobleza de la