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El origen de este ilustre apellido, por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la corte de artistas e iluminadores de libros que acompañaban siempre a Alfonso V, cuyos resultados se conservan hoy en la Universidad de Valencia. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de cuba, formando parte de la defensa gloriosa de La Habana a finales del siglo XIX. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Luviciati. Son sus armas: En plata, tres roeles, de azur, puestos dos y uno. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los L. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.