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Entre las más ilustres y poderosas familias españolas que han poblado Canarias, se encuentra, sin duda alguna, la que comentamos y que tan perfectamente definida se encuetra por el famoso genealogista Don Luis de Salazar y Castro, en su monumental obra "Historia de la Casa de Lara". Desde su lejano y noble origen en los Reyes Godos y más posteriormente en los Condes de Castilla, esta ilustre Casa ha dado a España los hijos más preclaros, entre los que sobresale el Conde Don M. de Lara (sexto nieto de Fernán González, primer Conde Soberano e Independiente de Castilla, Conde y Señor de Lara y de Doña Sancha, Infante de Navarra, hija del Rey Don Sancho García II de Navarra). Due Don M. Alférez Mayor de Don Alonso el Emperador, Tutor del Rey Don Alfonso VIII de Castilla y Gobernador de sus Reinos, Señor de Lara, de Molina, de los Honores de Avila, Segovia, Baeza y Toledo; en su honor adoptaron sus descendientes el nombre de Manrique como apellido de familia, a finales del siglo XII. Casó con la Condesa Doña Hermisenda, Vizcondesa Soberana de Narbona, hija y nieta de los Vizcondes de este Estado, hereditario desde el año 850. Hijo de ambos fue Don Pedro M. de Lara, Conde y Señor de Lara, de Molina, Vizconde de Narbona, tutor también del Rey Don Alfonso VIII, Gobernador de Toledo y Extremadura, que contrajo nupcias en 1173, con la Princesa Doña Sancha, Infante de Navarra, de cuyo egregio tronco dimana en ramificaciones numerosas la familia M. de Lara. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia M., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento caldera es el símbolo de la