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En la villa de Ataún, del partido judicial de Tolosa (Guipúzcoa). Francisco A. probó su hidalguía ante la justicia ordinaria de Ataún en 1670. Son sus armas: Jaquelado de veinticinco piezas de gules y oro. Brochante sobre el todo, tres leones rampantes de plata, puestos en triángulo. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la corte del rey Teobaldo de Champagne, hijo de Blanca de Navarra y sobrino de Sancho el Fuerte, formando parte del servicio personal y guardia privada desde 1234 a 1240. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Acoegui. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es el significado de este esmalte, a lo que habría que añadir el afán de dominio, el coraje, la audacia, la fortaleza y la magnanimidad, un alto porcentaje de este tipo de escudos familiares se dieron por actos de guerra.