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La noble familia de este apellido procede de Villanueva de la T., en la provincia de Segovia. Gonzalo de la T., hoijo de Cristóbal Maese de la T. y de María González, se estableció en Tenerife, siendo muy joven. Fue marino y Alférez de sus Milicias, casando con Doña María Álvarez, en Tacoronte el 15 de abril de 1617. Ella era hija de Domingo Álvarez y de Doña Ramona Pérez Alfonso de Riverol. De aquel matrimonio nacieron ocho hijos: El Capitán Gonzalo de la T., que casó con Doña Clara Francisca Alfonso de Aguiar. Doña Juana de la T., con Don Marcos Peraza de Ayala, de quien tuvo descendencia. El Doctor Don Juan de la T., bautizado en Tacoronte el 4 de abril de 1636, Regidor Perpetuio de Tenerife por Real Título de 29 de junio de 1672, que contrajo nupcias con Doña Francisca Ruiz de Barrio y Lima y tuvo cuatro hijos, uno de los cuales, Don Lorenzo Felipe de la T. Barrio y Lima, pasó al Perú, donde fue dueño de minas de plata. El Licenciado Don Cristóbal de la T., Presbítero. Doña Catalina de la T., que casó con Pedro Alfonso Izquierdo, y Doña María de la T., que lo hizo con su cuñado Juan Alfonso Izquierdo. Varios miembros de este ilustre apellido intervinieron el la causa de la Indipendencia de Venezuela. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia D., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo de autoridad, gobierno y protección. Los esmaltes del arma de los D. pregonan los siguientes valores: el Oro es el