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El origen de la heráldica se pierde en la noche de los tiempos, en la época en que los guerreros se protegían del mal y demostraban su agresividad decorando sus escudos con símbolos y marcas protectores. Más adelante, la verdadera Heráldica surgió, en la época de las cruzadas, en la que los caballeros lucían sus escudos de armas como medio para identificarse en la batalla, convirtiéndose estos posteriormente en emblemas de nobleza. La Heráldica se originó pues en los círculos de la más alta nobleza, propagándose posteriormente a otras capas de la sociedad. La concesión del escudo de armas se realizaba pues a un determinado individuo con el derecho a perpetuarlo en su linaje. Quien fuera el principal ancestro y tronco propagador de este ilustre linaje se ignora por su remota antigüedad, siendo tradicional e inmemorial la nobleza de sus hijos, los cuales han gozado siempre y en todas partes de la consideración y preeminencia correspondientes a sus lustrosos. De dicha casa procedieron: Juan Bautista Dutary Omelgarai, natural del lugar de Zugarramurdi (país Vasco - Francés) y sus hijos Pedro y Juan Dutary y Larrondo, residentes en Lucena (Córdoba); Pedro y Antonio Dutary, miembros de otra casa solar y otros que solicitaron en 1773, se ordenó su inscrispción de Hidalgos en los libros Reales. También fue de dicha casa de Azpilcueta Esteban Dutary, natural de Azpilcueta, que casó con doña María Aguerre, de igual naturaleza y fueron padres de Miguel Dutary y Aguerre, natural de Azpilcueta, esposo de doña María Borda, natural de Zugarramurdi y ambos padres de Esteban Dutari y Borda, natural de Zugarramurdi, que de su mujer doña Francisca de Galainena tuvo a Domingo Dutary y Galainena, natural de Zugarramurdi y caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó el 18 de Septiembre de