Español
Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la comitiva que acompañó a la bella Lucrecia de Alagno, gran amante de Alfonso V, para solicitar al Papa Calixto III la anulación del matrimonio del Rey con Doña María en su pomposa visita a Roma en 1.457. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la batalla de los Castillejos acompañando al General Prim en las tropas de asalto. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Jullola. Son sus armas: En plata, un roble, de sinople, y un perro leonado, atravesado al pie del tronco. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia J., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los J. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.