Español
Consta de tan venerable antigüedad en España el linaje del apellido L., que ni la mas esquisita diligencia de los genealogistas ni las mas minuciosas investigaciones de los historiadores han sido suficientes para llegar a descubrir cuál fué su tronco y progenitor, ocultándose por tanto su orígen en la oscuridad de remotos siglos, por lo cual han tenido que concretarse a reconocerle por antiquísimo linaje español de nobleza notoria y tradicional. Pero convienen todos en que fué conocido de los romanos, derivándose del nombre latino Laurentius, que significa triunfante, victorioso; y de Laurentius se han formado segun los pueblos y sus dialectos Llorens, Ll., Lorente y Lorenzo. Y partiendo de este principio, aseguran que desde muy antiguos tiempos hubo Llorentes y Lorenzos con solar noble y conocido en la provincia de Álava, donde floreció con tan conocido lustre y esplendor el linaje del apellido L., que celebró casamientos con sus primeras casas y otras de mucha grandeza en tanto grado, que por haberse estrechado en vínculos de parentesco y union con la de Haro, fueron de sentir Alonso de Santa Cruz, cronista del rey Don Felipe II; Antonio de Sotomayor, rey de armas del mismo soberano, y Diego de Urgina, regidor de Madrid y rey de armas tambien de aquel prudente monarca y del rey Don Felipe III, que la casa de Ll. de la provincia de Álava procedia de la grande y esclarecida de Haro, señores de Vizcaya, y tan grandes príncipes en España. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia L., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento castillo es la característica del dominio feudal, pertenecientes a familias con memoria anterior al siglo XI, es símbolo