Español
Apellido de origen castellano. Al parecer pasó a España procedente de Francia, en la persona de Juan Niño. Leyenda creada, quizá para justificar las flores de lis en sus armas, ya que el nombre resulta bien español. De Juan N. fue descendiente Don Pedro N., Conde de Buelna y Señor de Cigales, en Castilla, que dejó muchos descendientes. Una de sus ramas pasó a Portugal, donde se hicieron merecedores de los versos escritos por Juan Ribeiro Gaio, que dicen: Esta generación de los Niños fueron varones verdaderos, en la guerra muy enteros, y de los godos no indinos, pues son muy buenos caballeros. Caballeros de este apellido probaron su nobleza numerosas veces en las Reales Ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara y en las Reales Chancillerías de Valladolid y Audiencia de Oviedo. La rama asentada en Cataluña fue poderosa. Tuvo su solar en la villa de Santa Coloma de Queralt, del partido judicial de Montblanc y provincia de Tarragona. José de N., que obtuvo privilegio de noble el 20 de marzo de 1687, casó con doña Catalina de Negrell, y procrearon a Magín de N. y de Negrell, que contrajo matrimonio con doña Isabel de Padellas; naciendo de esta unión María Eulalia de N. y Padellas, que efectuó su enlace con Francisco de Moxó y Francolí, del que tuvo a Francisco Buenaventura de Moxó y de N. que casó con doña Josefa de Graell y de Puiggener, y fueron padres de Antonio María del Moxó y de Grell N. y Puiggener, bautizado en la catedral de Barcelona el 14 de septiembre de 1781. Vistió el hábito de la Orden de San Juan , en el Gran Priorato de Cataluña en 1797. A este linaje perteneció también don José de N., obispo que fue de Gerona y de Lérida. Tiene