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En Guipúzcoa, con casa solar en el Valle de Oyarzun, del partido de San Sebastián. Juan Carlos de Guerra describe así las armas: "Escudo con un roble atravesado detrás del tronco, un jabalí pasante, que lleva en la boca una ramita con una bellota en la punta. En cada uno de los dos cantones altos, una cruz llana, y a cada flanco y debajo de la copa del árbol, en los huecos que quedan entre ésta y el jabalí, una estrella". Omite los esmaltes. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la corte del rey Teobaldo de Champagne, hijo de Blanca de Navarra y sobrino de Sancho el Fuerte, formando parte del servicio personal y guardia privada desde 1234 a 1240. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Oñofrene. Son sus armas: Escudo con un roble atravesado detrás del tronco, un jabalí pasante, que lleva en la boca una ramita con una bellota en la punta. En cada uno de los dos cantones altos, una cruz llana, y a cada flanco y debajo de la copa del árbol, en los huecos que quedan entre ésta y el jabalí, una estrella. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia O., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento cruz es la primera figura utilizada en heráldica y su significado es la relación de sus miembros con la fé y la expansión del