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Coinciden algunos tratadistas en afirmar que este apellido es originario de Asturias. No están en lo cierto. Los O. son navarros y tuvieron su casa solar, llamada de Santecena, en el lugar de Olondriz (cuyo nombre tomaron) perteneciente al Ayuntamiento de Erro y partido judicial de Aoiz. Quizás por haber pasado a Asturias en tiempos antiguos alguna rama de O. y haber quedado allí radicada, dedujeron esos tratadistas que este linaje es asturiano; pero creemos que también carece de fundamento esa deducción, puesto que ninguna noticia aportan (ni la hemos encontrado), que compruebe la existencia de una rama asturiana de este apellido. La cuna de los O., repetimos, fué el citado lugar de Navarra del mismo nombre, y en documentos de la Nobleza Executoriada de aquel Reino está plenamente confirmado sus origen navarro. Don Antonio de O., Administrador de la Real Tabla de la villa de Marcilla, por sí, y doña Joaquina de O., su hija, habida en su matrimonio con doña Catalina Ecurri; don Ramón de O., su hermano, vecino de Pamplona, por sí, y don Fermín y Don Francisco Gregorio, sus hijos, habidos en su esposa doña Josefa Ilundain, y otros individuos de esta familia avecindados en Pamplona y en los lugares de Urdaniz y de Leranoz, comparecieron en 1807 ante los Tribunales de Navarra y dijeron que acababan de obtener ejecutoria de hidalguía como descendientes por línea recta de varón de don Sebastián Urricelqui de O., dueño de la casa solar llamada de Santecena.