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Apellido burgalés, probablemente originario de alguna de las cuatro villas denominadas Palazuelos que en la provincia de Burgos existen, y cuyo nombre tomara. Esas villas son Palazuelos de Cuesta Urria, en el partido judicial de Villarcayo; Palazuelos de Muñó, en el partido de Castrogeriz; Palazuelos, a secas, en el partido de Villadiego, y Palazuelos de la Sierra, en el partido de Burgos. También hay villas y lugares del mismo nombre en las provincias de León, Valladolid, Zamora y Segovia, de las que acaso procedan otros P., pues a juzgar por las distintas armas que usaron los de este apellido, no todos descendían de un mismo solar y tronco. De la villa burgalesa de Palazuelos de Cuesta Urria, en el partido judicial de Villarcayo, debieron salir los que pasaron a la provincia de Santander y radicaron, principalmente, en los partidos judiciales de Santander, Villacarriedo y Torrelavega, aun cuando no aseguramos que así ocurriese, por no haber encontrado noticias que confirmen esa lógica suposición. Los cierto es que en las Montañas de Burgos (en las que antiguos incluían la de Santander) tuvieron sus casa familias de este apellido, de las que se conservan concretas noticias. Esas casas santanderinas radicaban en el lugar de Castañeda, del partido judicial de Villacarriedo; en los de Igollo, Herrera, de Camargo, Peñacastillo, Cacicedo y Piélagos, del partido judicia lde Santander, y en el de Santiago de Cartes, del de Torrelavega. Otra casa muy antigua. En una rigurosa investigación en el Archivo General de la Compañía de Indias de Sevilla, extraemos que Diego de G. natural de Burgos, soltero, hijo de Diego de G. y de Catalina de Palazuelos, emprendió viaje a Quito el 20 junio 1578 sin más fortuna que 20 reales de plata y 1 de oro; una vez en su destino, participó en la política