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En Cataluña tuvo este apellido casas solares de mucha antigüedad. Una en la ciudad de Lérida, otra en la de Barcelona y otra en el pueblo de Sant Celoni, del partido judicial de Arenys de Mar y provincia de Barcelona, las tres con escudos de armas distintos. En el claustro de la catedral de Barcelona fue enterrado Bartolomé R. La sepultura data del siglo XIV. En Mallorca ya radicaba otra familia R. en mediados del siglo XIII. Su solar fue el predio de Ayreflor, en Sanselles. Una de sus ramas fundó nueva casa en Inca, y ya disfrutaba allí de cuantiosos bienes en el siglo XVI. De esa casa de Inca desciende la de Palma de Mallorca, pero también pasó a esta ciudad una línea del solar de Ayreflor. Igualmente, procedió de la casa de Inca la familia R. de la isla de Menorca, cuyos descendientes brillaron en el cultivo de las humanidades. Uno de los diputados por la villa de Bañalbufar, que en 3 de diciembre de 1285 juraron obediencia y homenaje al rey aragonés don Alfonso III, fue Jaime R. Esto prueba la antigüedad de su apellido en Mallorca. El rey Felipe IV premió los servicios del capitán de su ejército, Andrés R., concediéndole privilegio perpetuo de ciudadano en 26 de junio de 1631. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia R., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los R. pregonan los siguientes valores: el Azur corresponde al símbolo del agua, de la continuidad de la vida, es un color de nobleza, belleza, castidad y fidelidad, además otras virtudes caracterizaban a la familia, tales como la abundancia económica, la perseverancia, la suerte, la fama y el