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Antigua y noble familia originaria de Cataluña, con las siguientes armas: En campo de plata, un sotuer de sable que divide el campo en cuatro cuarteles: primero y cuarto, con dos barras de sable en su verdadera acepción heráldica, y segundo y tercero, lisos. Así se ven en la sepultura de los R., que data del año 1584, en la iglesia de Santo Domingo, de Gerona. Tuvo este apellido su casa solar en Cataluña. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Cataluña traen por armas: En campo de plata, un sotuer de sable que divide el campo en cuatro cuarteles: primero y cuarto, con dos barras de sable en su verdadera acepción heráldica, y segundo y tercero, lisos. Otros traen: De plata, cuartelado en aspa, por una aspa de sable, cargada de dos cruces de plata; en los cuarteles alto y bajo, dos contrabandas de sable. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia R., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los R. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.