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En el año 1780, el Licenciado Miguel S. y Martínez, natural de Tudela de Navarra y residente en Madrid, en nombre propio, y en el de su hijo José Ramón S. y en el de sus hermanas María Josefa y Manuela Javiera S., compareció ante los Tribunales de Navarra y dijo que eran oriundos de la villa de S. de Escar, del partido de Sos (Zaragoza), y de solar noble y que les correspondía usar el escudo de su casa, lo que consiguieron. Tuvo este apellido su casa solar en Navarra. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Navarra traen por armas: De plata, con una cruz de gules, cargada de cinco veneras de plata. Otros traen: Cuartelado. Primero y cuarto: en gules, un castillo, de oro, aclarado de azur. Segundo y tercero: en plata, una cruz floreteada, de gules, cargada de cinco veneras de oro. Otros: Cortado. Primero: en oro, media luna, de gules, puntas abajo. Segundo: en gules, cinco estrellas de oro puestas en aspa. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia S., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento cruz es la primera figura utilizada en heráldica y su significado es la relación de sus miembros con la fé y la expansión