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De Navarra, con casa solar en la villa de Barasoain, del partido de Tafalla. José Antonio de T. y sus hijos fueron ampara dos en su nobleza por la Real Audiencia de Pamplona en 1758. Otra casa hubo en el lugar de Peña, también en Navarra. Tuvo este apellido su casa solar en Navarra. Muchos linajes de este apellido probaron su nobleza en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, (corporaciones nacidas para luchar contra los moros, cooperando a la Reconquista, y asegurar el orden, protegiendo a los peregrinos y desvalidos), Carlos III y San Juan de Jerusalén (es una orden religiosa militar fundada en el siglo XI); numerosas veces en las Reales Chancillería de Valladolid y Granada, en la Real Compañía de Guardias Marinas y en la Real Audiencia de Oviedo. Los de Navarra traen por armas: De oro, con cinco crecientes de azur, puestos en cruz y cantonados de cuatro flores de lis de gules. Bordura de gules con ocho eslabones de cadena de oro. Otros traen: En oro, con cinco crecientes de azur puestos en cruz y cantonados de cuatro flores de lis, de oro. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia T., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento creciente indica la pelegrinación de la familia a los Santos Lugares de Oriente, cuestión que daba el don de la salud y de la perpetuación del apellido. Los esmaltes del arma de los T. pregonan los siguientes valores: el Oro es el símbolo del Sol, origen de la vida, sus características espirituales corresponden a la fé, clemencia, templanza, caridad y justicia, por otra parte dicho esmalte señala a la familia con la felicidad, el amor, la