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Desde pocos años después de la conquista de Mallorca ya radicaba en la villa de Pollensa, de aquella isla, una familia solariega de este apellido, más tarde extendida por otros pueblos. En el año 1316 era gobernador de Mallorca el caballero Hugo T. En 1321 fue almirante de la armada, que pasó a la conquista de Cerdeña. Y el 9 de enero de 1332 asistió a la confirmación de fueros, privilegios y franquezas otorgada por el rey Jaime III. Por referencias de historiadores de la época y otras averiguadas por Araldis en los archivos registrales de ciudades y otros privados, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la comitiva que acompañó a la bella Lucrecia de Alagno, gran amante de Alfonso V, para solicitar al Papa Calixto III la anulación del matrimonio del Rey con Doña María en su pomposa visita a Roma en 1.457. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Tocho. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia T., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento flores está ligada al propio (rosas nombre de la familia y a su probable origen foráneo rosa) (inglés o alemán). Los esmaltes del arma de los T. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.