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Es notoria la antigüedad y nobleza de este linaje en Cataluña y Mallorca. En los apuntes que tenemos a la vista aparece con mayor anterioridad en Mallorca que en la región catalana. Don Joaquín María Bover, en su Nobiliario Mallorquín, dice que un caballero de esta familia asistió a la conquista de aquella isla con la gente del vizconde de Bearne y que este magnate premió sus servicios con una heredad en Esporlas, que aún poseían sus descendientes a mediados del pasado siglo, y otra, en el término de Canarosa. Añade que del privilegio de franqueza que le fue entonces concedido como poblador de Mallorca, gozaron sus descendientes hasta el año 1748, en que fueron reformados los fueros de aquel reino. En el último tercio del siglo XV brilló por su saber y virtudes el canónigo de la catedral de Palma Bartolomé T., fallecido en 1531. Durante las comunidades en Mallorca, Antonio T. sirvió a Carlos V, y este emperador, con fecha 11 de mayo de 1533, le confirmó el privilegio de franqueza de que gozaron sus antepasados. Un hijo suyo, un nieto y un bisnieto, también llamados Antonio, obtuvieron privilegio de nobleza el 27 de noviembre de 1541 y 17 de marzo de 1586. Baltasar T. sirvió a Felipe IV en las guerras de Cataluña y se halló en el socorro de Tarragona en 1641. En 1794 fue nombrado Juan Bautista T. teniente del cuerpo de urbanos de la isla, cuya oficialidad se componía únicamente de caballeros.