Español
Juan de A., Señor de la casa de Eibar, gozó de todos los honores y derechos de los caballeros hijosdalgo, entrando en las Juntas y Ayuntamientos con voz y voto. Casó con doña María de Zumendiaga, cuya casa, según D. Miguel de Salazar, estaba en la parroquia de San Andrés, de Eibar, y fueron padres de Pedro de A., Señor y poseedor de la casa solariega del apellido, que sirvió a los Reyes de su tiempo y desempeñó cargos públicos. Casó con doña María de Mendiola, descendiente de la casa de Mendiola, también muy ilustre y antigua en Guipúzcoa, y de esa unión nació José de A., que sucedió en la casa, y desempeñó, como su padre y abuelo, cargos públicos. Contrajo matrimonio con doña Ángela María de Orbea, hija de D. Diego de Orbea y de doña Catalina de Pagoaga, descendientes ambos de antiguas casas de Eibar, y tuvieron por hijo y sucesor a Juan de A. y Orbea, que gozó igualmente de los derechos y prerrogativas de los caballeros hijosdalgo. Ascendientes de estos señores habían disfrutado desde muy antiguo de grandes privilegios, y tomaron parte decisiva en la batalla de Arrigorriaga. Caballeros de este apellido sirvieron también al Rey Don Alfonso XI en la batalla de Tarifa. Otra casa de A., procedente de la de Eibar, radicó en el barrio de Urrestilla, del Ayuntamiento de Azpeitia. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia A., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los A. pregonan los siguientes valores: el Sinople señala las características de la familia a las que fué concedido el escudo de armas que describimos y son tales como el vigor, el afán de victoria y